lunes, 19 de mayo de 2008

Desiguales pero no distintos

Un país, un estado, un pueblo lleno de complejos y atascado de rezagos y necesidades. Una sociedad corrompida por la ferviente inquietud de ser una raza distinta a la nuestra. Mientras escribo esto me doy cuenta que no tenemos una raza como tal. Somos producto de una mezcla y por ello no somos más que un fragmento tanto de una como de la otra. Por alguna “mística” razón aquella raza europea, que queremos alcanzar, es la raza que cuenta con los recursos económicos predominantes dentro de nuestro país (este misterio se acaba con los años de opresión y limitación de oportunidades por cuestiones raciales). Y cómo no vamos a querer pertenecer a esa raza y avergonzarnos de las culturas prehispánicas, si la primera lleva siglos teniendo el control de todos los sistemas en los que apenas jugamos un rol.

Esto es justo lo que búscase atacar en este escrito, esta creciente desigualdad a tasas crecientes. ¿Qué está pasando? ¿En qué momento tener al hombre más rico del mundo en un país tan desigual se convierte en un orgullo? Algo está mal en estas consideraciones dadas. Es asqueroso ver el modo de vida del primer decil de nuestra población, pero es aun más repugnante ver el primer decil de este último. Esa vida de mega-fraccionamientos donde a las sirvientas les resulta prohibido el caminar por la calle y existen transportes que las llevan a la entrada, porque no quieren que estas, por estar más cercanas a la cultura prehispánicas, dañen la percepción de su exquisito panorama, mismo que obviamente es fabricado de manera artificial, pues a escasos kilómetros de distancia no nos resulta raro ver cinturones de miseria. Lo inquietante no es sólo esta pobreza, sino que esta gente en lugar de preocuparse por disminuir la brecha, se encargan de generar infraestructura, si infraestructura que rodee estos cinturones de pobreza, de modo que puedan pretender que no existen, que la gente no esta “tan mal”. Que todo es producto de los medios de comunicación, y de los actores políticos que los utilizan para chantajear a estos magnos y dignos empresarios, los cuales son incapaces de promover los monopolios y aprovecharse de los dotes del mercado y de su posición en la que pueden contratar los mejores litigantes, que conocen a la perfección el sistema jurídico (sistema lleno de contradicciones). Es nauseabundo.

El círculo vicioso que nos tiene envueltos es intolerable, de ahí que la una tercera parte de los electores voten por propuestas alternativas, están cansados y cualquier propuesta que se antoje como un cambio a su estado actual, que no puede ser peor, resulta atractivo. Esta creciente desigualdad, sumada a ese racismo presente por siglos debe modificarse desde una reforma estructural de la forma de gobierno. Cesar la hipocresía. Es menester despertar esa conciencia social, despertar el hecho de que tener un magnate de esa magnitud es cuestión de vergüenza y no de orgullo. Pongamos los pies en la tierra y salgamos de ese mega fraccionamiento y trasladémonos unos kilómetros a esos cinturones de pobreza y reduzcamos esta brecha, que eso si es una posibilidad real.

domingo, 27 de abril de 2008

Que se manifieste la cultura del blog

El día de hoy me despierto con rumbo desconocido, probablemente cumpla con la rutina que me hace ser un personaje delimitado por el estudio y probablemente cumpla con las mismas expectativas con las que amanecí el día de ayer, sin embargo, muchas veces nos topamos con la coincidencia y vaya que nos hace reaccionar ante este mundo desprovisto de sentido. La coincidencia me dijo que tenía que reivindicar mi papel en esta generación del ciberespacio (que no es más que otra condenada realidad con el adjetivo de virtual) y me presento al famoso blog.

Cuando conocí al blog por primera vez, conocí un espacio de creatividad, de inmensa imaginación y lo conocí por vías artísticas de un poeta salmantino (alvarorueda.blogspot.com). Lo que me producía entrar a su blog era semejante a participar en su vida y aunque fuera distante, su grito de guerra siempre llegaba a mi oído receptivo. Me gusta el hecho de pensar que su voluntad de compartir sus pensamientos se fundan en un deseo de expresión, y heme aquí participando por primera vez de manera oficial en un blog.

En mi primera aparición bloguera quisiera hacer una reflexión acerca de lo que me trajo aquí, el Internet. Evidente influencia de nuestro tiempo, claro reflejo de la postmodernidad y símbolo de esta desmedida comunicación; este fenómeno llamado internet poco a poco se entremezcla en nuestra cotidianeidad y en él sublevamos al ocio y la utilidad. Esta nueva generación que a muchos les gusta denominar “tecnológica” encuentra en el Internet la representación de un instrumento que combina a la perfección todos los elementos de la vida, combina la diversión con el trabajo; al estudio con la platica; al la información con la critica; al amor con la distancia y nos deja con lo que un programa ya ha patentado como “second life”, y vaya que no es necesario ingresar a este juego para poder sentir que tenemos otra vida, en realidad ya la tenemos, a veces somos el mismo personaje y a veces no.

Acaso es el Internet un sustituto de nuestra desdichada vida, en mi opinión diría que no, no podemos comparar la suavidad de la piel con el contacto de las teclas; una fotografía de París con caminar en sus calles; la intensidad de una charla con la imagen de palabras en el monitor, es imposible para mi imaginarme un escenario como tal vez Bradbury lo hubiera planteado, una vida totalmente virtual. Es por eso que prefiero ver al Internet como un modo de sublimación, un mecanismo de salida diría Nietszche. El Internet es un buen compañero que nos escucha y con el que interactuamos, nos avisa si pasa algo, nos acompaña después de trabajar y muchas veces nos hace olvidar nuestras penas, es por eso que no me sorprende escuchar a amigos venerar al facebook o a youtube, es simplemente la verdad, le dan gracias a su nuevo vicio, como antes otros gratificaron al alcohol o al cigarro (probablemente fuera de proporción la analogía). Al final utilizas el Internet cuando lo necesitas, y es así como deliberadamente se convierte en una necesidad, por eso me identifico con todos aquellos que reconocen que el Internet ya forma parte de su vida, que es menester, apremio y requisito en el siglo XXI.

Agradezcamos al blog y a todos los espacios del mundo del Internet, agradezcamos a todas esas páginas que nos hacen vivir el ocio cada que llegamos a nuestras casas, agradezcamos lo que implica y lo que significa pertenecer a la cultura del cibernauta por que eso somos y en eso estamos inmersos.

lunes, 14 de abril de 2008

¿Qué hay en cartelera?

Me parece de suma importancia, como amante del cine, tener como amigo a un cinéfilo de hueso colorado que vea de todas todas y sea una fuente de información suficiente para decidir: ¿cuál de las 25 películas que hay en cartelera debo ver?
Francamente tener a alguien lo suficientemente documentado como para orientarme entre las mil y un opciones que llegan a las salas de cine cada mes, es una completa quimera.
Quiza la única forma de tener un Pal con dicha capacidad sea la de crearlo en un Blog. Es decir: no será una sola persona, sino todos aquellos que después de haber presenciado una función en el cine, quieran compartir ya sea lo magistral que fue o el bodrio al que asistieron.
Si tu eres alguien que suele quedarse con las ganas de comentar lo que vio en pantalla, este es el lugar adecuado.

domingo, 13 de abril de 2008

nada como un

La cultura del blog nos pertenece a los integrantes de esta época, esta inmerso en nuestro ser, en los sesenta la gente se manifestaba por casi cualquier cosa, en búsqueda de la supresión de las guerras, contra el racismo, contra la política, sobre igualdad entre géneros (cosa que es ridícula porque no somos iguales, entonces deberían haberse manifestado por la equidad), comunicaban su pensar y casi simultáneamente ingerían estupefacientes que eventualmente los estimularían a volver a manifestarse por algo más. En los ochenta se hacían coches poco agradables a la pupila, modas desastrosas, peinados hacia arriba al mayor estilo de la tía de Will Smith, en the fresh prince of Bel-Air, léase “el príncipe del rap”, sin embargo reconozcamos que la música fue un acierto del momento.

En fin, eso es lo que se hacía. Nosotros finalmente hacemos blogs, es lo que nos corresponde dentro de nuestra época, la finalidad de esto se antoja incierta. En los sesenta aquellos manifestantes lograron que las mujeres pudieran usar jeans, hablar por teléfono a los hombres y perder la virginidad antes del matrimonio, sí nosotros logramos algo que se acerque aunque sea a un ápice de eso, estaremos cada vez más cerca de la contemplación. Así pues, nuestra generación puramente ecléctica se ve manifiesta en estos espacios y de ahí la creación de este proyecto, que si bien no sabemos a donde esta dirigido sabemos que tendrá alguna repercusión en la vida de cualquiera que lo lea, el hecho de estarlo leyendo ya tuvo un impacto en el lector, y si se tiene una duda de eso favor de ver el reloj y contrastarlo con la idea de este antes de leerlo. Impacto en la vida logrado.

La palabra escrita es un elemento sumamente enriquecedor tanto para el lector como para el leído, es una modo de acceso a la mente de las personas, de obligarlos tan sólo a intentar entender un punto. Este magno recurso a nuestro alcance es bueno, tan simple como ello. Si en Dubai se crean islas de la nada, nosotros podemos crear un blog a partir de una idea. Hagámoslo.